Más de medio millar de agentes del Departamento de Seguridad Nacional -DHS- de EE.UU., además de fuerzas del FBI y de la Policía local velarán por la seguridad de la 55 edición del Super Bowl de la NFL.

El evento deportivo, se celebra este domingo en Tampa, costa oeste de Florida, sin que por el momento haya amenazas creíbles.

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Por su parte, la fiscal general del estado de Florida, Ashley Moody, advirtió hoy de un “posible aumento” de trata de personas con motivo del Super Bowl este domingo.

Por ello pidió a las fuerzas del orden y la comunidad empresarial de esa zona que estén atentos.

En una conferencia celebrada este miércoles, McPherson habló sobre las medidas de seguridad implementadas para la celebración de la final del fútbol americano y recordó que las fuerzas de seguridad “vigilan constantemente las amenazas que ocurren en el país”.

“No hay, en este momento, amenazas creíbles para el Super Bowl, o cualquier actividad relacionada”, indicó.

Pero las medidas de seguridad adoptadas para proteger el domingo el Raymond James Stadium de Tampa, al que solo podrán asistir 25 mil aficionados que recibirán un paquete de protección contra el COVID-19, van a ser muy fuertes.

Por su parte, el director interino del DHS, David Pekoske, dijo que no se han realizado “ajustes específicos” a las operaciones tras el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.

Sin embargo, apuntó que hay un “mayor énfasis en el trabajo de investigación e inteligencia” respecto de potenciales amenazas..

Y como refuerzo a las medidas de seguridad, un avión sobrevolará el área de Tampa antes del Super Bowl.

Los invitados de honor para el Super Bowl

Roger Goodell, comisionado de la Liga Nacional de Fútbol Americano -NFL-, anunció que invitaron a 7 mil 500 sanitarios vacunados.

Un equipo de seis mil  trabajadores se afanan para que todo esté listo y salga como se planeó.

De esta forma les agradecen y honran por su extraordinario servicio y dedicación continua durante la pandemia.

Se enfrentarán los Buccaneers de Tampa, el primer equipo que juega en casa en la historia del Super Bowl, y los Chiefs de Kansas City.