Retalhuleu, un departamento que alguna vez fue conocido por sus paisajes y atracciones turísticas, hoy enfrenta un sombrío panorama teñido de violencia y miedo. Los recientes acontecimientos violentos han sacudido la tranquilidad de sus habitantes, marcando una tendencia preocupante que parece no tener fin.
El palpable temor se ha incrustado en el corazón de la comunidad retalteca. La población, en voz alta, expone sus preocupaciones ante la avalancha de ataques armados que azotan diferentes zonas del departamento. Algunos residentes sospechan que grupos provenientes de otros departamentos están detrás de estos robos, asaltos y asesinatos, y critican la aparente inacción de la Policía Nacional Civil.
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Uno de los casos más recientes que ha sacudido a la comunidad es el asesinato de Adolfo Sales, conocido popularmente como Tite. Originario de Aldea La Blanquita, Caballo Blanco, Tite fue brutalmente atacado mientras se desplazaba en su motocicleta.
No muy lejos de allí, frente a un concurrido centro comercial de la zona 1, un taxista – aún sin identificar – fue víctima de un ataque armado. Aunque, afortunadamente, salió ileso, las huellas del violento enfrentamiento quedaron marcadas en su vehículo. Y, una vez más, las fuerzas de seguridad no lograron detener a los perpetradores.
La escalada de violencia no se detiene en Retalhuleu
La reciente muerte de dos comunicadores agrava aún más la situación, evidenciando la falta de garantías de seguridad, incluso para aquellos que se dedican a la noble labor de informar.
Esta ola de violencia, que también abarca numerosos asaltos en distintas zonas, ha llevado a los ciudadanos a levantar su voz, exigiendo acciones concretas y decisivas por parte de las autoridades. “Retalhuleu es un emblema turístico; la inseguridad podría ahuyentar a los visitantes. Urgimos a la PNC a tomar medidas inmediatas y enfrentar a estos grupos criminales”, señaló un preocupado residente de la zona 2.
La esfera comercial no es inmune a esta situación. Las extorsiones amenazan la estabilidad de numerosos negocios, forzando a muchos a cerrar sus puertas. En este contexto, Retalhuleu clama por seguridad y paz, esperando que las autoridades actúen antes de que la situación se torne aún más insostenible.