La Procuraduría General de la Nación (PGN) informó sobre el retorno vía terrestre de un grupo de 63 menores entre niñas, niños y adolescentes (NNA) desde México a Guatemala.
El traslado finalizó con su llegada al Centro de Retornados en Tecún Umán, San Marcos. En el lugar, autoridades correspondientes los atendieron.
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Los menores de edad, 15 menores de sexo femenino y 48 masculino, emprendieron un viaje peligroso buscando mejores oportunidades fuera de sus fronteras. Al llegar a Guatemala, las autoridades los llevaron a un albergue mientras se lleva a cabo su proceso de reunificación familiar.
La PGN, a través de sus delegaciones en Malacatán (San Marcos) y Quetzaltenango, ha proporcionado acompañamiento integral para garantizar que estos menores reciban atención adecuada durante esta transición.
#AccionesPGN 63 niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados fueron retornados vía terrestre desde México. Fueron recibidos en el Centro de Retornados de Tecún Umán, San Marcos. pic.twitter.com/889RkFJFpP
— PGN Guatemala (@PGNguatemala) December 12, 2024
Menores retornados ponen de manifiestos los riesgos de la migración
La migración irregular representa un riesgo significativo para los menores de edad. Durante el trayecto, enfrentan peligros. Estos van desde condiciones climáticas extremas hasta situaciones de explotación y trata de personas. Además, la falta de recursos y acompañamiento de un adulto los convierte especialmente vulnerables a abusos y accidentes.
El proceso de reunificación familiar es una tarea compleja que requiere la colaboración de diversas instituciones. La PGN trabaja para contactar a los familiares de los menores. Con ellos busca asegurarse de que las condiciones en sus hogares sean seguras y adecuadas. Durante su estancia en el albergue, los niños y adolescentes reciben apoyo. Este va desde el psicológico, alimentación y otros servicios básicos.
Las condiciones económicas, la inseguridad y la falta de oportunidades educativas son factores que empujan a las familias a tomar decisiones desesperadas. Ante esta realidad, es esencial redoblar esfuerzos para generar alternativas. Todas las que permitan a los menores crecer y desarrollarse en sus comunidades de origen.

