La riqueza escultórica de nuestro país nos ha dejado en la cuaresma y semana santa guatemalteca una basta imaginería que plasma diferentes momentos de la vida de Cristo.

Por lo regular, las diferentes obras que utilizan para distintas procesiones a nivel nacional reflejan a un Jesús cargando la Cruz, o a un Jesús sepultado, pero algunos autores han realizado otros momentos.

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Algunos solamente acompañan distintos cortejos procesionales y otros son el centro de la procesión.

En Guatemala existen imágenes únicas en su género, como los Cristos del Prendimiento, que reflejan el momento en el que Jesús es traicionado por Judas Iscariote y trasladado desde el Monte de los Olivos hasta su sentencia ante Poncio Pilato.

Muestra de estos momentos, es la imagen de Jesús Nazareno de Trujillo, que se venera en el templo de la Inmaculada Concepción, Villa Nueva. No se tiene un dato exacto de quien la esculpió ni en que año, pero se tienen registro de que la imagen posiblemente llegó al pueblo de Petapa en 1698, pero no fue sino hasta un siglo después que derivado de una catástrofe, la imagen fue trasladada a un nuevo lugar conocido como Lo de Barillas, donde se fundó la iglesia de la Inmaculada Concepción, donde actualmente se le rinde culto y veneración.

Cristo flagelado o del pensamiento

En diferentes lugares se ha representado el momento en soledad en el que Jesús es dejado luego que soldados romanos se han burlado de él y le han flagelado, posteriormente con una caña en la mano, un manto sobre la espalda y una corona de espina se mofan diciendo: “eres tu el rey de los gusanos”.

Dicho momento en la imaginería se conoce como Jesús del Pensamiento, derivado de la posición de la mano derecha en la cual posa su cabeza.

Una de las esculturas más reconocidas es la venerada en el templo de Santa Clara, en la zona 1 de la ciudad capital.

Una imagen que data de la época final del barroco, aunque no se tienen mayores datos de su origen, el Cristo es muy venerado, conocido como el patrono de los estudiantes. Anteriormente, se permitía a los fieles tocar las rodillas de la imagen, pero por motivos de conservación, se determinó frenar esta práctica, y únicamente se dispuso crear un camarín lo más cercano al devoto para que este pudiese sentir su cercanía.

Otra imagen de iguales características es la venerada en Samayac, Suchitepéquez, conocido como el Justo Juez, de quien poco se sabe y las pocas referencias proceden de tradiciones orales.

De las mismas se desprende que la escultura pertenecía a una iglesia no identificada de La Antigua Guatemala; en cierta ocasión el presbítero Gabriel Solares, conocido personaje del mundo religioso de la Guatemala de la primera mitad del siglo XX, vio la imagen y la llevó consigo cuando fue asignado a la parroquia de San Antonio Suchitepéquez, donándola posteriormente a Samayac, población a la que llegó el 18 de febrero de 1948. Tiempo después se colocó a la imagen en la capilla que se encuentra a un costado del templo parroquial.

Cristos crucificados

Aunque es muy común ver imágenes de Cristos Crucificados, pocos de estos son utilizados para ser procesionados o que tengan una gran veneración.

Quizás el cristo más antiguo del que se tenga historia, es el Cristo de los Reyes, un crucifijo que se encuentra en Catedral Metropolitana que data del Siglo XVI. Obtiene este apelativo porque se cree que este fue costeado con una limosna otorgada por el rey Carlos I de España, V de Alemania.

La cruz fue forrada en plata en el año de 1744 y se conserva hasta la fecha.

Otra imagen, del cual se desconoce autor, es el Cristo de la Preciosa Sangre, que se venera en el templo histórico de San Francisco, en la ciudad capital. La imagen refleja un cuerpo que recién ha expirado en la cruz, los moretones en diferentes partes del cuerpo saltan a la vista, así como los leves hilos de sangre que recorren la talla. Pero sin duda los detalles más dramáticos es la espalda flagelada y la herida del costado del que se cree emanó sangre y agua.