Las personas con síndrome de Asperger tienen problemas para hacer amigos, para captar los dobles sentidos y, en definitiva, para desenvolverse en situaciones sociales. No obstante, su inteligencia es normal y, en algunos casos, incluso superior a la media. Distintos personajes famosos han reconocido que tienen este trastorno. El último en hacerlo ha sido Elon Musk.

El pasado 2 de mayo los astronautas estadounidenses Mike Hopkins, Victor Glover y Shannon Walker y  el japonés Soichi Noguchi regresaban a la Tierra desde la estación espacial internacional a bordo de la cápsula Dragon; creada por la compañía Space X, el mismo vehículo que los llevó allí seis meses antes.

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Con el amerizaje frente a las costas de Panama City, en Florida, concluía con éxito una de las primeras misiones tripuladas que la Nasa lleva a cabo en colaboración con la empresa de Elon Musk.

Unos días más tarde, el cohete Falcon 9 se posaba sobre la barcaza Just Read the Instructions, tras poner en órbita un nuevo grupo de satélites de la misión Starlink, cuyo objetivo es proporcionar internet de alta velocidad a zonas rurales y países en vías de desarrollo.

Algunas etapas de este cohete se han utilizado ya varias veces, lo que constituye todo un hito en la tecnología aeroespacial. De hecho, la reutilización es una de las señas de identidad de Space X, algo que permite abaratar considerablemente los costes de las misiones al espacio.

Además, Space X ha sido la empresa seleccionada por la NASA para volver a llevar astronautas a la Luna. La tarea de la compañía de Musk será adaptar su nave Starship para que transporte a los astronautas desde la órbita lunar hasta la superficie de la Luna.

Musk reconoce el síndrome

Pero, aparte de dirigir Space X, Elon Musk es cofundador y director de Tesla, empresa dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos de alta gama. Musk también ha fundado Neuralink, cuyo objetivo es poder conectar el cerebro humano a los ordenadores, y The Boring Company, que combina una tecnología asequible para la construcción de túneles y un sistema de transporte público totalmente eléctrico.

Antes de todo esto, Musk creó una de las dos empresas que darían lugar a PayPal, el sistema de pago por internet líder en el mundo.

Recientemente, Elon Musk ha reconocido que padece el síndrome de Asperger. Lo hizo en el programa de televisión estadounidense “Saturday Night Live”. El empresario dijo en su monólogo inicial que era el primer invitado al show con este trastorno, “o al menos el primero en admitirlo”.

“Sé que a veces digo o publico cosas extrañas, pero simplemente es así como funciona mi cerebro. A cualquiera que haya ofendido simplemente quiero decirle: he reinventado los autos eléctricos y enviaré gente a Marte en un cohete. ¿Pensaban que iba a ser un tipo normal y relajado?”, subrayó.

Diversos famosos con el síndrome de Asperger

Igual que Elon Musk, algunos personajes famosos han admitido que tienen el síndrome de Asperger. Es el caso de la activista medioambiental Greta Thunberg, del actor Anthony Hopkins y de la cantante Courtney Love. A otros rostros conocidos, como Steven Spielberg, Bill Gates o Keanu Reeves también se les suele relacionar con este trastorno, aunque ninguno de ellos haya manifestado que lo padece.

El síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del espectro del autismo. “El cerebro de la persona con síndrome de Asperger funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las demandas diarias”, señalan los especialistas de la Confederación Autismo España.

El síndrome de Asperger comparte las características nucleares del autismo. Así, las personas que lo sufren tienen dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, poseen un lenguaje fluido y una capacidad intelectual normal o incluso superior a la media de la población.

En este sentido, la Confederación Autismo España explica que las personas con síndrome de Asperger son muy literales. “Comprenden el lenguaje según el significado exacto de las palabras, por lo que muchas veces no entienden las bromas, los chistes, las metáforas o los sarcasmos”.

También tienen dificultades para entender la comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, tono de voz, etc.) y los mensajes sutiles que se transmiten a través de este canal. “Su expresión verbal es correcta pero, a veces, utilizan el lenguaje de manera muy formal, siendo demasiado precisos, técnicos e incluso pedantes”, apunta esta entidad.

La activista por el clima Greta Thunberg también padecer el síndrome de Asperger. (Foto: EFE)

Reglas sociales

Asimismo, a quienes padecen el síndrome de Asperger les resulta difícil reconocer y comprender las reglas sociales “no escritas”, por lo que pueden comportarse de manera inadecuada sin darse cuenta. Ellos quieren relacionarse con los demás, pero no saben cómo hacerlo de modo que, a veces, pueden encontrarse solos.

“Su forma de pensar es rígida y concreta, lo que resulta de ayuda en actividades que requieren atención a detalles y repetición de patrones, pero supone dificultades en tareas que precisan flexibilidad o búsqueda de alternativas para la resolución de problemas”, indica la Confederación Autismo España.

Elsa Cortés fue diagnosticada con síndrome de Asperger a los 16 años, momento en el que comenzó a reflexionar sobre su vida y su trastorno en un blog y ahora es capaz de llegar a la conclusión fidedigna de que “un Asperger no tiene las instrucciones de cómo socializar”, pero en efecto tal hecho no significa que no quiera hacerlo. (Foto: EFE)

La seguridad de las rutinas

Además, las personas con síndrome de Asperger son fieles a rutinas, que suelen seguir de manera rígida y repetitiva. “Las rutinas les proporcionan seguridad y pautas concretas de actuación, pero limitan su comportamiento dificultando la adaptación a cambios, situaciones novedosas o poco previsibles”, recalca.

Por otro lado, tienen intereses muy concretos sobre los que acumulan mucha información y a los que dedican mucho tiempo.

Dadas todas estas características, el síndrome de Asperger suele traer consigo algunas dificultades para desenvolverse en la vida adulta.

Así, la Confederación Asperger España señala que los adultos con este trastorno “presentan dificultades para tener amigos y para manejar relaciones de pareja. También encuentran dificultades para trabajar en equipo y para entender claves sociales que les ayuden a regular su conducta”.

“Su autoestima y autoconcepto son ambiguos, pues pueden ir acompañados de sentimientos de superioridad o bien de ideas excesivamente negativas centradas en el desconocimiento de sus capacidades”, detalla.

“Los problemas para tomar decisiones, la ansiedad y la depresión también pueden formar parte de la realidad de los adultos con síndrome de Asperger”, indica la Confederación.

Perfeccionistas

No obstante, presentan diferentes aspectos positivos que pueden resultarles de ayuda. Así, la Confederación Asperger España recuerda que “suelen ser perfeccionistas a la hora de realizar cualquier tarea y son capaces de almacenar grandes cantidades de información, sobre todo relativa a sus intereses. En este sentido, cuando su trabajo se ajusta a sus intereses y tiene poca demanda social, suelen tener éxito profesional”.

De igual modo, esta entidad manifiesta que las personas con síndrome de Asperger “suelen ser más eficientes en trabajos técnicos, por ejemplo, informática, matemáticas, administración, etc.

Además, cuando las metas están bien definidas, suelen ser persistentes en la consecución de sus objetivos”, concluye.

Bence Banfi, que vive con síndrome de Asperger disfruta del sol en un parque de Budapest, Hungría (Foto: EFE)