La Oficina Nacional de Prevención contra la Tortura repudió la masacre que ese miércoles ocurrió en la cárcel de Cantel, Quetzaltenango, donde la cifra de muertos aparentemente subió a 8.

La información que trascendió es que la decapitación de los ocho presos fue en reacción por la muerte de una venezolana. Según la primera hipótesis, la víctima es esposa de Carlos Roberto León, quien guarda prisión en Cantel e hijo de Juan José “Juancho” León, narcotraficante asesinado en 2008. La mujer murió este miércoles en un ataque armado a inmediaciones del Centro Regional de Justicia en la zona 6, en Quetzaltenango.

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Hasta el momento, ninguna autoridad del Ministerio de Gobernación confirma la supuesta hipótesis de lo ocurrido en Cantel, tampoco la cifra exacta de fallecidos, ni de los reos retenidos. Según fuentes del Sistema Penitenciario, todos los guardias están a salvo.

Piden control de la Granja de Rehabilitación Cantel

Otra de las hipótesis que inicialmente se manejó es que el motín fue por la rivalidad que mantienen pandilleros del “Barrio 18” con integrantes de la “Mara Salvatrucha”.

Mientras las fuerzas de seguridad confirman la toma de control de Cantel, la Oficina Nacional de Prevención de la Tortura repudió los hechos y urgió a un diálogo a través de un comunicado.

La relatora titular, Cecilia Barrios, llamó “de manera urgente a las autoridades para que retomen el centro del centro carcelario con acciones apegadas al resguardo de los Derechos Humanos de los detenidos”. También instó al Ministerio de Gobernación a que dialogue con los presos involucrados para tener el control inmediato del lugar.

Por su parte, delegados de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) ya se encuentra en lugar, donde hay una sobrepoblación del 200 por ciento, puntualizó. Ofreció abrir un expediente y dar seguimiento a los hechos violentos.