La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, aseguró que las tensiones entre la isla y China, que la considera una provincia rebelde; se pueden “resolver de verdad” a través de un diálogo sobre la “coexistencia”. Aunque advirtió que “mostrar debilidad y hacer concesiones” no pondrán fin al conflicto.

En su discurso durante el Día Nacional de la República de China, nombre oficial de Taiwán; la líder isleña se refirió al aumento de las tensiones en ambas partes del estrecho de Formosa. Culpó a China por reforzar su “acoso por aire y mar”.

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“Nuestro compromiso con nuestra soberanía y nuestros valores democráticos no cambiará”, advirtió Tsai, aunque matizó que también mantendrán una “flexibilidad estratégica” que les permita “responder a los cambios”.

Acerca del reciente discurso ante la Asamblea General de la ONU del presidente chino, Xi Jinping, en el que aseguró que Pekín nunca buscará una expansión hegemónica o crear una esfera de influencia, la dirigente taiwanesa mostró su esperanza en que “sea el comienzo de un cambio auténtico”.

“Siempre que las autoridades de Pekín estén dispuestas a resolver los antagonismos y a mejorar las relaciones a través del Estrecho, y mientras se mantenga la igualdad y la dignidad, estamos dispuestos a trabajar conjuntamente para organizar un diálogo positivo”, insistió Tsai.

La defensa nacional, “única forma” de proteger Taiwán

Sin embargo, es probable que esta llamada a la negociación no sea recibida con el mismo entusiasmo en Pekín, donde el propio Xi ya ha afirmado que no renunciarán al uso de la fuerza para conseguir la “reunificación” de Taiwán con el resto de la República Popular.

Tras la guerra civil, que acabó con la creación de la China comunista en 1949; los derrotados nacionalistas de Chiang Kai-shek se refugiaron en la isla de Taiwán. Pasó a ser el único territorio controlado por la República de China. Mantuvieron su régimen hasta principios de los 90, cuando se produjo la transición a la democracia.

Taiwán, apuntó su mandataria, seguirá guiándose por el principio de “no temer ni buscar la guerra”. Continuará intercambiando información militar con “los países vecinos” -pese a que en la actualidad ninguna nación asiática mantiene relaciones diplomáticas oficiales con la isla- y reforzando sus asociaciones en materia de seguridad.