La exfiscal Thelma Aldana -2014-2018- advierte desde su asilo político en Estados Unidos que la actual elección de magistrados de la Corte de Consititucionalidad -CC- es “trascendental en la historia del país” y exige que sean seleccionadas personas comprometidas con la ley.

 

Aldana, de 65 años de edad y excandidata a la presidencia en 2019 -aunque finalmente no le permitieron participar en los comicios-, aseguró en una entrevista con Efe que el país vive bajo “una dictadura de la corrupción”.

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La abogada y exmagistrada de la Corte Suprema de Justicia -CSJ- encabezó junto al abogado colombiano Iván Velásquez Gómez; quien dirigió entre 2013 y 2019 la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala -CICIG-, una cruzada contra la corrupción en Guatemala.

Las investigaciones del Ministerio Público -MP- a cargo de Aldana y de la CICIG de Velásquez imputaron a más de 200 personas entre funcionarios, ministros, diputados y empresarios; y también a los expresidentes Otto Pérez Molina (2012-2015) y Álvaro Colom Caballeros -2008-2012-.

Juan Francisco Sandoval

El movimiento ahora es liderado por el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad del Ministerio Público, Juan Francisco Sandoval. Quien acompañó muy de cerca a Aldana y Velásquez antes de que dejaran sus cargos en 2018 y 2019, respectivamente.

Aldana indica que Sandoval “es el ganador de este momento histórico que vive Guatemala. Él es la capacidad instalada que dejamos con la permanencia de CICIG durante más de 10 años en Guatemala. Esa administración de Claudia Paz -2011-2014- y la mía es la capacidad instalada que representa Juan Francisco Sandoval”.

En contraste, la actual fiscal general del Ministerio Público, Consuelo Porras, cuya gestión culmina en mayo de 2022; “ha hecho un retroceso de los avances que dejamos en la administración de Claudia Paz y durante mi administración, eso es evidente. Ella no ha tenido un compromiso en la lucha contra la corrupción”, asegura Aldana.

La elección de la Corte de Constitucionalidad

Guatemala se encuentra actualmente en el proceso para renovar a sus 10 magistrados -cinco titulares y cinco suplentes- de su Corte de Constitucionalidad; el máximo tribunal del país, para el período 2021-2026. La elección de los magistrados es transcendental para la lucha anticorrupción en el país centroamericano, según expertos.

Hasta el momento han sido elegidos seis de los diez magistrados y a decir de Aldana y otras voces de la justicia local, ese equilibrio “de los pesos y contrapesos que debe tener un Gobierno o un Estado” está en riesgo.

Falta aún que el presidente, Alejandro Giammattei, y la Corte Suprema de Justicia, designen a los cuatro abogados restantes que conformarán la Corte de Constitucionalidad para los próximos cinco años a partir de abril.

Cuando escucha argumentos esgrimidos por algunos actores que representan a los poderes tradicionales, como que la Corte de Constitucionalidad es “celestial” o toma decisiones “ideológicas”, de izquierda o derecha, Aldana, la exfiscal y líder anticorrupción, ríe y sostiene que en Guatemala “no hay izquierda o derecha; hay corrupción”.

Si tiene éxito la avanzada anticorrupción, “entonces sí habrá un paso para la ideología de derecha o de izquierda y que así la gente elija qué es lo que quiere, pero que sea en una verdadera democracia y en un sistema que de verdad le permita a la gente elegir”.

De lo contrario, subraya Aldana, “si vamos a seguir permitiendo que sean los corruptos quienes nos gobiernen, pues siempre vamos a tener que elegir entre dos delincuentes”.

Thelma Aldana: Esperanza en la juventud

Thelma Aldana asegura que son los jóvenes guatemaltecos quienes podrían terminar con la corrupción e impunidad en Guatemala. Esto al involucrarse y participar en la vida política, más allá de partidos políticos.

“Las mujeres tenemos que involucrarnos más y en general los pueblos indígenas y los migrantes, que constituyen la principal fuente de ingreso a la economía nacional y no tienen ninguna participación en Guatemala”, subraya la exfiscal general del Ministerio Público.

“Eso debe terminar. Esa fuerza migrante debe hacer presencia en el país y puede ayudar a rescatar a Guatemala de esa dictadura de la corrupción”, enfatiza.

La vida en el exilio para Aldana, buscada en Guatemala por sus enemigos con procesos legales en su contra, es un “un duelo que se extiende por no sé cuánto tiempo. Ha sido muy doloroso para mí, dejar a mi familia, a mis hijos, mi país, mi comida, el clima. Se extraña todo del país. Duele el exilio, indudablemente. Y si a eso le agregamos la pandemia que implicó un encierro, estar encerrado en el exilio creo que es doble el dolor”.

Por eso mantiene activas los contactos con guatemaltecos y amigos en Estados Unidos y no deja de leer y publicar en redes sociales. La exfiscal, aún vigente en el imaginario de la lucha anticorrupción, guarda viva la esperanza de volver en algún momento y seguir “participando desde cualquier espacio, incluyendo las urnas”, pero eso sí, solo si las condiciones de seguridad lo permiten.

Guatemala es uno de los seis países más corruptos del continente según diversos informes de organismos internacionales, además de ser uno de los más pobres y con mayores desigualdades de la región.