En los días previos a la cuaresma cristiana, el mundo se viste de color para festejar el carnaval, heredero de ritos paganos ancestrales y de la lucha del bien contra el mal, un ritual que se desarrolla con peculiaridades distintas en cada lugar y que va más allá de los desfiles de música y disfraces.

Considerado como el heredero de los ritos ancestrales de celebración del final del invierno y la llegada de la primavera, el carnaval es, quizás, la festividad celebrada con más fervor y alegría en todo el mundo.

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Disfraces, desfiles y fiestas en la calle caracterizan los carnavales, que disfrutados justo antes de la cuaresma cristiana, aún hoy mantienen ciertos elementos de las tradiciones paganas como las saturnales, los festejos en honor al dios Baco, las celebraciones andinas prehispánicas u otras de origen afroamericano, y hay algunos especialmente curiosos.

Variedad de celebraciones

La UNESCO ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a varios carnavales, como el de Oruro (Bolivia), Barranquilla (Colombia) o El Callao (Venezuela).

Los hay multitudinarios y conocidos mundialmente como el de Río de Janeiro, quinta esencia de los desfiles de carnaval, con el apoteósico espectáculo de las escuelas de samba en el Sambódromo o el de Santa Cruz de Tenerife.

Algunos son elegantes, como el de Venecia, convertida por unos días en un paraíso de máscaras y disfraces recargados; aquellos que representan la esencia del Caribe, como el de Trinidad y Tobago; o los que destacan por la sátira a ritmo de canción, como el Cádiz con sus chirigotas.

Otros que están en esa misma candidatura para ser nombrados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad son los europeos de Binche (Bélgica), el de Granville (Francia) o el de Basilea (Suiza).

Batalla de las naranjas

En pleno Piamonte italiano, la ciudad de Ivrea celebra uno de los carnavales más llamativos del país y totalmente opuesto a la elegancia y el lujo del baile de máscaras veneciano: aquí lo más destacado es la célebre batalla de naranjas, en las que dos bandos enfrentados, el del pueblo, a pie, y el de la guardia del señor feudal, desde carrozas, se lanzan los cítricos.

La batalla que tiñe de pulpa de naranja las calles de esta ciudad cercana a Turín tiene un origen reivindicativo, ya que se remonta a la rebelión de la hija de un molinero que, ocho siglos atrás, se negó a conceder el derecho de pernada al señor que gobernaba su feudo, hecho que se sigue recordando cada año en época de carnaval.

El carnaval más raro del mundo

El carnaval del municipio del estado mexicano de Tabasco es conocido como el más raro del mundo, y tiene como elemento central la danza de “El Pochó”, el dios de la muerte, que se ejecuta para purificar los espíritus de hombres y mujeres, que visten hojas y máscaras de madera, en uno de los rituales más antiguos de México, en el que se utilizan flores, canastas y armas de madera.

Comienzan la danza las Pochoveras, mujeres que representan el dominio de la deidad, y después entran los Cojóes, “hombres de madera”, que festejan el mundo y desafían al dios Pochó y, unas y otros, danzan para establecer el equilibrio de fuerzas, hasta que entran en escena los Jaguares, habitantes de Tenosique caracterizados como el animal.

El ritual, de origen precolombino, y que como otros ritos propios de carnaval simboliza la purificación del hombre en la lucha entre el bien y el mal, concluye con la muerte del Pochó, que es vencido y finalmente quemado.

Entroido: el carnaval gallego

Las mascaradas son numerosas desde el comienzo del invierno en buena parte del noroeste de la Península Ibérica, especialmente en la zona fronteriza de España y Portugal, y el Antruejo de la localidad de Villanueva de Valrojo, pone el broche de oro a las de la provincia de Zamora, con sus cencerros y diablos, una tradición que se mantuvo viva pese a la prohibición de la dictadura franquista.

Los cencerros también están presentes en algunas localidades gallegas en las celebraciones del Entroido, como es conocido el carnaval, y que tiene sus festejos más destacados en las localidades de Laza, Xinzo de Limia y Verín, el “triángulo mágico” de la provincia de Ourense, que con sus Peliqueiros, Pantallas y Cigarróns celebran uno de los carnavales mejor conservados.

Las ‘Pantallas’ de Xinzo, con su característica máscara blanca, vigilan que todo el mundo vaya disfrazado en la localidad que celebra el Martes de Entroido, el desfile más multitudinario de Galicia, y que tiene en el carnaval su fiesta más grande del año, con cinco fines de semana de celebración, que comienzan el Domingo Fareleiro y concluyen con el Domingo de Piñata.

Las máscaras tradicionales de Verín son los Cigarróns, que recorren las calles de la villa haciendo sonar sus chocas (cencerros) y zamarras (látigos) durante todo el recorrido, antes de esperar a los fieles a la salida de la misa para recriminar a la Iglesia que intentase prohibir el Entroido.

Similares a los Cigarróns de Verín, los Peliqueiros de Laza, con su atuendo de 25 kilos de peso, protagonizan el que presume de ser el Entroido “más gallego”, que comienza semanas antes con los ‘folións’ comparsas que recorren las calles por las noches tocando diversos objetos con el propósito de espantar los malos espíritus.