Las fuerzas de seguridad trasladaron a 225 personas que se encontraban encarceladas en la prisión denominada “El Infiernito”. El operativo es parte de los planes para reconvertir este penal en uno de “alta seguridad” y recuperar así su control.

El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, se refirió al desalojo se llevó a cabo. Dijo que fue con el objetivo de “recuperar y reconvertir la prisión en una cárcel de alta seguridad”.

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De acuerdo a la misma fuente, van a remodelar la cárcel, “El Infiernito”, cuyo nombre oficial es Centro de Máxima Seguridad Canadá.

En el operativo para trasladar a los 225 reos, en su mayoría pandilleros, participaron más de 400 agentes de la Policía Nacional Civil, según confirmaron las autoridades.

Jiménez explicó en un mensaje en sus canales oficiales que el traslado duró cuatro horas y que en el lugar, inicialmente, se encontraron varios objetos ilícitos, incluyendo una “pileta de cocodrilos”.

El funcionario dijo que los “objetivos principales” de los operativos eran “la recuperación” del centro penitenciario, que se “había constituido con una prisión que no tenía nada que ver con máxima seguridad”.

Además, también trasladar a reos de la pandilla ‘Mara 18’ a otros centros carcelarios para tener un mejor control sobre la organización criminal.

“Hemos encontrado una serie de situaciones que implican que había una total libertad a lo interno de esta cárcel”, añadió Jiménez.

“Encontramos una granja de animales de patio, que probablemente eran utilizados por los mismos reos para alimentarse. Pero lo más serio es que encontramos en una pileta cocodrilos, un tema gravísimo porque muestra el descontrol de esta cárcel”, concluyó.

Operativo en El Infiernito luego del asesinato de Farruko Pop

Los operativos llegan una semana después del asesinato del cantante e influencer guatemalteco Jorge Pop, de 18 años. Un crimen que consternó al país y que las autoridades atribuyen a la pandilla ‘Mara 18’.

De acuerdo a diversos estudios, miles de comercios en Guatemala son extorsionados mensualmente por pandilleros, en su mayoría desde las distintas prisiones que se encuentran bajo la supervisión del Ministerio de Interior.

Es por ello que Jiménez indicó que buscan “mecanismos” para que los presos no puedan “cargar teléfonos” ni tener acceso a objetos ilícitos.