La Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA inhabilitó por conducta inapropiada hasta el 30 de junio de 2021 al rumano Sebastian Coltescu, cuarto árbitro del partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones entre el PSG francés y el Basksehir turco; el juego se suspendió por un incidente racista el pasado 8 de diciembre.

La UEFA confirmó este lunes la sanción al árbitro rumano por conducta inapropiada, pero no por racismo; y explicó que esta responde a que infringió el artículo 11.1 del Reglamento Disciplinario. Además el 6.1 de las Condiciones Generales para Árbitros -obligación de comportarse de forma adecuada-, pero no el artículo 14 del primero relativo a racismo y otras conductas discriminatorias.

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Por los mismos motivos la comisión disciplinaria de la UEFA también amonestó al árbitro rumano Octavian Sovre; este actuó como asistente en dicho encuentro, que se interrumpió a los 13 minutos y se reanudó al día siguiente con otro equipo arbitral.

Tanto Coltescu como Sovre tendrán que asistir a un programa educativo antes del 30 de junio de 2021; esto deberán realizarlo en las condiciones determinadas por los servicios arbitrales de la UEFA.

La UEFA abrió una investigación sobre los incidentes del encuentro y nombró un instructor, con quien su Comisión de Disciplina estuvo de acuerdo en que los funcionarios de la UEFA deberían recibir una formación adecuada y específica para tomar mejores decisiones sobre la elección del lenguaje y las palabras que deben utilizar en las competiciones de la UEFA.

“En el contexto internacional, el uso correcto del lenguaje es esencial para evitar situaciones como las ocurridas en el partido mencionado”, señaló el organismo.

UEFA suspende Sebastian Coltescu y también le da un partido de castigo a Webo

Respecto al camerunés Pierre Webo, entrenador asistente del Bsaksehir recibió un partido de sanción por conducta antideportiva. Webo es además exjugador de los clubes españoles Osasuna, Leganés y Mallorca.

La tarjeta roja a Webo por protestar una decisión arbitral fue el desencadenante de los incidentes; ya que el equipo turco alegó en ese momento que el cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, utilizó un término racista contra el camerunés.

Los jugadores de ambos equipos decidieron abandonar el campo tras unos minutos de discusiones con el árbitro rumano Ovidiu Hatega. El partido fue suspendido a continuación, aunque se completó al día siguiente con un nuevo equipo arbitral.