La Iglesia de Inglaterra nombró el viernes 3 de octubre a la obispa Sarah Mullally como la primera mujer en la historia en asumir los cargos de arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra y primada de la comunión anglicana. La Iglesia reúne a unos 95 millones de creyentes estimados en 165 países del mundo.

El Colegio de Cánones confirmará oficialmente en enero a Mullally en el puesto.  Sustituirá a Justin Welby, quien anunció su dimisión en noviembre de 2024 tras críticas por su gestión de un caso de abusos sexuales a menores.

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La presión obligó a Welby a renunciar porque en 2013, no informó a la Policía de que el abogado John Smyth cometió repetidos abusos en campamentos cristianos durante las décadas de 1970 y 1980.

El Gobierno británico anunció el nombramiento de Mullally, luego de que la Comisión de Nominaciones de la Corona efectuara un proceso de selección.

El rey Carlos III, quien tiene el título simbólico de gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, aprobó la nominación. El Colegio de Cánones de la Catedral de Canterbury confirmará formalmente a la obispa en enero de 2026 en el sureste inglés.

Sobre la elección de Mullaly

La elección de Mullally supone un hito histórico tras los avances en la inclusión femenina en la Iglesia de Inglaterra, que empezó a ordenar a mujeres sacerdotes en 1994 y obispas en 2015.

Antes de su ordenación, Mullally fue directora nacional de enfermería del Gobierno para la región de Inglaterra y se ordenó sacerdotisa en 2002, antes de convertirse en 2018 en obispa de Londres.