El arzobispo de Montevideo, Uruguay, Daniel Sturla, deberá pagar algo más de 900 dólares de multa por saltarse la cuarentena preventiva; estaba obligado a guardarla por haber tenido contacto con un positivo por COVID-19.

El Ministerio de Salud Pública -MSP- uruguayo multó al religioso con US$925 informaron medios locales y confirmaron a Efe fuentes de la cartera.

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Pese a que en su descargo figuran que él no tenía conocimiento del diagnóstico, que previamente había arrojado varios negativos y que su exposición pública fue al aire libre y con tapabocas, se decretó “el incumplimiento” del artículo 8 del decreto 93/020, por el que fue sancionado.

Arzobispo de Uruguay se saltó la cuarentena

El religioso participó el 23 de mayo en las honras fúnebres que se organizaron por el entonces ministro del Interior, Jorge Larrañaga -fallecido en la víspera-; pese a haberse sometido a varios test por cercanía a un positivo y hallarse en cuarentena.

El 25 de mayo él mismo escribió en su cuenta de Twitter que en otro análisis, hecho el lunes 24, dio positivo, si bien no tenía síntoma alguno. “Aunque tuve cuidado de usar tapabocas y era al aire libre, sé que no actué como debía y pido disculpas”, concluyó su mensaje.

En los peores meses de la pandemia en Uruguay, el fallecimiento del titular de Interior ocasionó varias aglomeraciones; tanto en Montevideo como en Paysandú, su ciudad natal.

Ese domingo de mayo, 23 familiares y referentes del mundo político se citaron en el Palacio Legislativo para velar durante tres horas los restos de Larrañaga; debido a ello los legisladores fueron igualmente sancionados.

Posteriormente, el cortejo fúnebre salió rumbo a Paysandú, efectuando una parada delante de la sede histórica del Partido Nacional al que pertenecía.

Allí, una multitud de simpatizantes quisieron dar su último adiós al ministro. Entre flores y aplausos, Sturla rezó un par de oraciones, rodeado de la gente que se agolpaba en torno al vehículo funerario.

De la misma manera, en Paysandú los vecinos salieron a las calles a saludar el cortejo; y aunque el entierro tuvo lugar el lunes 24 en la más estricta intimidad, hubo aglomeración.