Una volea de Fede Valverde en el minuto 93 evitó una semana desastrosa para el Real Madrid. El tanto, anotado en el último suspiro, selló el 1-0 frente a un Athletic Club plagado de rotaciones, que resistió hasta que la fe del equipo de Carlo Ancelotti se impuso.

Los blancos pasaron del alivio por la caída del Barça en casa, a la desesperación al ver cómo se les escapaba otro resultado. Pero el gol del uruguayo revivió las esperanzas ligueras tras el golpe sufrido en Champions.

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Un Madrid sin alma en el primer tiempo

El ambiente en el Santiago Bernabéu seguía cargado tras la eliminación ante el Arsenal. Ni las rotaciones del rival ni la entrada de Ceballos y Modric como generadores de juego lograron encender a un Madrid plano y predecible.

Sin Mbappé, Ancelotti apostó por dar libertad a Bellingham. El resultado: un solo remate en 45 minutos, un cabezazo sin peligro de Valverde. El Athletic, con un once alternativo, se replegó y resistió sin complicaciones.

El Real Madrid despertó tras el descanso

La charla de Ancelotti en el vestuario surtió efecto. El equipo salió con más ritmo, mayor presión y más llegada. Rodrygo y Camavinga avisaron con disparos, mientras Vinícius, muy voluntarioso, seguía buscando su oportunidad.

La entrada de Endrick reordenó el ataque y permitió a Bellingham aparecer con más libertad. El inglés acarició el gol en dos ocasiones, pero Unai Simón respondió con atajadas clave.

La anulación del gol de Vinícius y el milagro de Valverde

En el tramo final, Vinícius marcó tras una gran jugada, pero el VAR anuló el tanto por fuera de juego de Endrick en la acción previa. La frustración se apoderó del Madrid, que vio cómo Bellingham fallaba una ocasión a dos metros del arco.

Cuando el empate parecía sellado, Brahim Díaz provocó un rebote que Valverde controló con el pecho y remató de volea al ángulo. Un golazo en el 93 que mantiene con vida al Real Madrid en su lucha por el título.