El Real Madrid atraviesa una crisis alarmante tras sufrir su segunda derrota consecutiva en el Santiago Bernabéu. Luego de recibir goleada por el Barcelona en el clásico, al equipo lo derrotó el Milan en la Champions League.

Con esta caída, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti evidenció preocupantes fallas defensivas y una falta de intensidad que empieza a generar dudas en la afición y pone en aprietos al club en una temporada que prometía ser competitiva.

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Actualmente, el Real Madrid se encuentra en una posición complicada en la Champions League, ocupando el decimoséptimo puesto en la clasificación. En los últimos tres partidos jugados en casa, el equipo ha permitido 40 remates y ha recibido nueve goles, cifras que reflejan una defensa frágil y una escasa capacidad de reacción ante la presión. Mientras tanto, el potencial ofensivo de estrellas como Mbappé y Vinícius parece estancado en un equipo que no logra explotar sus virtudes.

Un equipo con problemas de intensidad y errores individuales

Durante el primer tiempo, la falta de intensidad del Real Madrid fue evidente, especialmente en la defensa, donde errores de jugadores como Tchouaméni encendieron las críticas de la afición. El equipo apenas realizó tres faltas y permitió al Milan atacar sin mayores dificultades, lo que incrementó la frustración entre los seguidores. A pesar de que Ancelotti introdujo a Modric para intentar dar un cambio tras la derrota en el clásico, el ajuste no fue suficiente para revertir el mal desempeño.

El Milan aprovechó estas debilidades para abrir el marcador a través de Thiaw, quien remató solo en el área en un saque de esquina. Aunque el Madrid logró empatar gracias a un penalti ejecutado por Vinícius, el equipo no mostró señales de fortaleza ni seguridad para buscar una remontada.

Segunda mitad sin reacción y dudas en ataque

En el segundo tiempo, el Milan continuó explotando las debilidades del Real Madrid, especialmente en los laterales, donde la defensa blanca se mostró expuesta. Lunin, el portero, fue clave al realizar varias atajadas que evitaron una derrota aún más abultada. Sin embargo, el equipo no generó juego ofensivo coordinado y sus oportunidades llegaron solamente en jugadas individuales de Mbappé y Bellingham, quienes no lograron concretar ante la solidez del rival.

Con esta derrota, el Real Madrid vive su peor momento en años. La defensa sigue mostrando falta de intensidad y errores, mientras que el ataque no logra desplegar su potencial, quedando lejos de las expectativas de la afición y aumentando las dudas sobre el futuro del equipo en la Champions y en La Liga.