El reconocido científico planetario de la NASA, Lucas Paganini, originario de Argentina, ya se encuentra en el desierto de Utah, Estados Unidos, esperando con gran expectación la llegada de una cápsula especial.
Esta cápsula trae consigo rocas y polvo del asteroide Bennu, que podrían revelar secretos sobre cómo se originó nuestro sistema solar hace aproximadamente 4.500 millones de años.
Lee también: La NASA crea un departamento para estudiar los ovnis
Bennu: Un asteroide lleno de respuestas
https://www.facebook.com/CRNNoticiasGT/videos/173224852422631/
Las muestras obtenidas del asteroide Bennu, que se estima pesen alrededor de 250 gramos, podrían esclarecer misterios que han fascinado a la humanidad durante generaciones. Estas preguntas incluyen: ¿De dónde proviene la vida? ¿Cómo se originó nuestro sistema solar? ¿Qué misterios albergan estos cuerpos celestes?
Paganini comparte con entusiasmo: “Los asteroides son esenciales para nuestra comprensión del universo. Actúan como cápsulas temporales, similares a los fósiles de dinosaurios, que nos brindan una ventana al pasado, permitiéndonos entender eventos que ocurrieron hace miles de millones de años”.
Teorías sobre el origen de la vida
Existen dos teorías principales sobre cómo comenzó la vida. Una sugiere que las primeras moléculas orgánicas vinieron del espacio, transportadas por meteoritos. La otra teoría propone que estas moléculas se formaron aquí, en la Tierra. Las muestras de Bennu proporcionarán datos cruciales para entender el papel de los asteroides en la aparición de estas moléculas esenciales.
El retorno de la cápsula a la tierra
Antes de que los expertos de la NASA puedan examinar estas valiosas muestras, la cápsula debe completar un viaje de 7 años que inició en Cabo Cañaveral, Florida. Se espera que entre en nuestra atmósfera alrededor de las 08:42 hora local de Utah, después de ser liberada por la nave Osiris-Rex.
Durante su ingreso, la cápsula enfrentará velocidades y temperaturas extremas. Paganini menciona que si este evento ocurriera de noche, la cápsula brillaría como una “bola de fuego” en el firmamento.
Equipada con avanzadas tecnologías, como un escudo térmico, la cápsula protegerá las muestras de Bennu durante su descenso. Una vez en la atmósfera, un paracaídas se desplegará, permitiendo un aterrizaje controlado en el desierto de Utah.
Recuperación y análisis de las muestras de Bennu
Equipos especializados se movilizarán rápidamente para recuperar la cápsula. Una vez asegurada, será transportada a un ambiente controlado para evitar cualquier contaminación. Posteriormente, será enviada al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
Finalmente, en este prestigioso centro, los científicos comenzarán el emocionante proceso de analizar las muestras. Este análisis busca descifrar los enigmas que Bennu ha guardado durante milenios, acercándonos un paso más a entender el vasto universo y nuestro lugar en él.