El vitíligo es a una enfermedad cutánea autoinmune, crónica, benigna y no contagiosa que a día de hoy afecta al 2% de la población, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Sobre el vitíligo, no se conoce con exactitud la causa por la que desaparecen los melanocitos o dejan de sintetizar melanina. Existen distintos factores implicados, de ahí que se hable que la causa es multifactorial, desde un componente genético hasta factores inmunes. Las células de la defensa de nuestro cuerpo, por un motivo desconocido, empiezan a luchar contra las células que dan pigmento a la piel, las debilitan y las destruyen.
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Cambios en el color
Las enfermedades de la piel pueden ser congénitas o adquiridas; inflamatorias, tumorales o infecciones; crónicas, subagudas o agudas; algunas se autolimitan, y otras no se pueden curar, pero sí ser controladas con tratamientos instaurados por dermatólogos especialistas.
La dermatología, que es una ciencia amplia y compleja, trata la piel, el órgano más grande del cuerpo humano. Un adulto medio posee una superficie aproximada de 2 metros cuadrados y un peso de unos 5 kg.
Desarrollo del vitiligo
Esta afección, en sus inicios comienza con una pérdida de color en la piel, mayormente en zonas de las manos, la cara, en las aberturas del cuerpo y los genitales. Se pueden ver afectadas zonas de las rodillas, los codos, los pies, las manos, así como la mucosa (alrededor de las mucosas), universal (en casi todo el cuerpo), y focal (en zonas concretas y discretas).
En la mayoría de los casos las máculas, con un color blanco nacarado y superficie lisa, aparecen simétricamente en ambos lados del cuerpo y es el dermatólogo quien detectará la enfermedad mediante el examen clínico de la piel del paciente. Para ello se suele emplear una lámpara de hendidura o de Wood, una luz ultravioleta que en las áreas sin melanocitos mostrará un color brillante.
Tratamiento del vitiligo
En cuanto al tratamiento, se combinan diversas terapias con corticoides tópicos, inmunomoduladores tópicos o corticoides por vía oral. Actualmente, se sigue investigando en el campo de las células madre y en su uso para trasplantar melanocitos.
Los melanocitos son las células encargadas de la pigmentación, cuando desaparecen o baja su funcionamiento aparecen las mencionadas manchas blancas en distintas localizaciones del cuerpo.
Se cree que la mayoría de los pacientes son mujeres y la edad de aparición esta entre los 10 y 30 años, aunque puede aparecer en cualquier momento, a cualquier edad. En los casos en los que se ha aplicado el tratamiento quirúrgico, la eficacia es de entorno al 90%, siendo una posible alternativa.
¿Cuáles son sus causas?
Respecto a las causas, los dermatólogos explican que hay factores genéticos, pero también hay factores autoinmunes, las células de defensa de nuestro cuerpo, por un motivo desconocido, luchan contra las células encargadas de dar pigmento a la piel. Así, cuando aparece el vitíligo puede coincidir que el paciente tenga alguna otra enfermedad autoinmune.
Asimismo, existe un importante componente psicológico y de aceptación para el paciente. Al tratarse de una enfermedad cutánea, está ligada a una importante carga emocional de cómo nos ven los demás.
Tipos de vitiligo
La dermatóloga Alejandra Tomás Velázquez, de la Clínica Universitaria de Navarra, señala diferentes tipos de vitíligo:
El vitíligo focal: cuando aparecen máculas aisladas y reducidas en tamaño y número en cualquier parte del cuerpo.
El vitíligo segmentario: se caracteriza porque las máculas son unilaterales y suelen seguir una distribución determinada. El generalizado es el tipo más común y se caracteriza por múltiples máculas hipopigmentadas dispersas por toda la superficie corporal, de disposición simétrica.
El vitíligo acrofacial: afecta partes distales y a la región facial. La forma universal es aquella en la que quedan pocas áreas corporales pigmentadas.
Terapias combinadas
El vitíligo es una enfermedad compleja en la que el sistema inmune ataca erróneamente a los melanocitos, lo que hace que las células de la epidermis no reciban melanina y se produzca la despigmentación, por eso el tratamiento suele ser una terapia combinada de pomadas / cremas / ungüentos de corticoides o inmunomoduladores asociados a fototerapia, según aconseja la farmacéutica María López Fernández.
La aplicación del corticoide por vía tópica puede ser cada 24 horas pudiendo aplicar una capa gruesa o cada 12 horas administrando una capa muy fina. En ambos casos, se debe evitar la exposición al sol (usando fotoprotección) y solo se debe aplicar un máximo de siete días.
López Fernández además recuerda que este tipo de tratamientos solo está pensado para zonas reducidas, cuando la enfermedad afecta como máximo al 3% de la superficie corporal.
Protección frente a los rayos solares
Hay que tener mucho cuidado etapas donde el calor afecta mayormente al estado de la piel en general, y en especial a aquellas que tienen algún tipo de afección. Debido a la exposición a los rayos solares, hay que tener en cuenta que las zonas no afectadas por el vitíligo, y, por tanto, normopigmentadas, sin una fotoprotección adecuada tenderán a una hiperpigmentación, mientras que las zonas afectadas, al carecer de melanina quedarán en el mismo tono, lo que conllevaría a que la diferencia entre ambas fuese aún mayor.
La terapia más usada es la combinación por vía tópica de corticoides o inmunomoduladores y fotoprotección, pero hay que tener en cuenta que estas pomadas/cremas/ ungüentos son fármacos fotosensibilizantes, por lo que podrían aparecer reacciones o intolerancias no deseadas, es decir, solo se deberían usar por la noche, aconseja María López Fernández.
En general, debemos mantener la piel bien hidratada, con una crema emoliente que además de hidratar, contiene principios activos para devolver la flexibilidad y evitar la sequedad, sin olvidar una buena fotoprotección tanto en verano como en invierno, en los días nublados los rayos solares también están presentes.
Es recomendable el baño en agua salada, preferentemente en piscinas de agua salada cada vez más populares, que no daña tanto la piel Cuidemos nuestra piel.
Los síntomas del vitíligo son manchas blancas, estas son más sensibles a las quemaduras por el sol, por lo que hay que utilizar protección solar.
Es conveniente cuidar en extremo la piel, puesto que el contraste con las zonas pigmentadas de la piel también supone un problema estético, muy importante para las personas que lo sufren.
Por ello, es importante utilizar una fotoprotección muy alta o de pantalla total, aplicada antes de la exposición al sol, renovarla cada ciertas horas, según la indicación farmacológica, e incluso tener presente su resistencia al agua.
La enfermedad suele aparecer entre los 10 y los 30 años. Un 50% de los afectados cuenta con menos de 20 años, y es para el resto de su vida.
Recomendaciones
Si te sientes bien, tu piel también. Por esto, debemos tener presente estas diez recomendaciones que ofrecen dermatólogos y farmacéuticos para mejorar la salud de nuestra piel:
– Cuidar la piel a diario. Las pieles más blancas enrojecen y se queman con mayor facilidad.
– Aplicar cremas protectoras en las zonas expuestas al sol y al agua (si se está tanto en zonas de montaña, en la playa o en la piscina).
– Estar alerta en el cuidado de la piel para prevenir daños, rasguños o quemaduras.
– Usar ropa que proteja del sol, especialmente en verano.
– Al vestir, evitar prendas apretadas.
– No abusar de las cabinas de bronceado, regular su uso.
– Fortalecer nuestro sistema inmune.
– Seguir una dieta sana y nutritiva.
– No descuidar la salud mental.
– Procurar reducir los niveles de estrés mediante ejercicio, o realizando actividades que mejoren nuestra rutina diaria.