El tradicional Juego de Gallos volvió a Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, luego de un año de suspensión por la pandemia del COVID-19. Cientos de pobladores indígenas participaron en el evento con protagonismo femenino.

La habitual carrera de caballos y desfile hípico que se lleva a cabo cada año en el municipio tuvo en esta ocasión a una mujer como jinete por primera vez.

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Se trata de Odilia Pablo, una estudiante de Ingeniería en Estados Unidos que regresó a su tierra natal para montar a caballo; quería cabalgar junto a una decena de hombres vestidos de sus coloridos trajes originarios del lugar. Esto para conmemorar una rebelión contra la conquista española que se celebra cada 1 de noviembre.

“Siempre ha sido mi sueño. He soñado mucho para llegar hasta aquí. Me tomó años tomar esta decisión”, contó Odilia, de 20 años y estudiante de ingeniería de la Universidad de San Jose State en Oakland, California, en la costa oeste de Estados Unidos.

“Quiero ser el orgullo de las mujeres. Quiero que acá en Todos Santos Cuchumatán todos seamos iguales”, explicó Odilia; esos son sus motivos para participar en la “Carrera de las Ánimas”.

La carrera consiste en un grupo de jinetes vestidos con trajes y sombrero tradicional que cabalgan a máxima velocidad de extremo a extremo en una pista de 800 metros, sin ganadores ni vencidos, en lo que ellos también llaman como un “ritual”.

“Nuestros ancestros retaron a los conquistadores españoles, les enseñaron que también podían montar bien (a caballo). De esto se trata también la tradición, de recordar la fortaleza de nuestros ancestros y nuestra”, dijo a Efe Fernando, un hombre de 36 años.

Llega desde Boston, EE. UU. a Todos Santos Cuchumatán para el Juego de Gallos

Otro espectador, quien prefirió no identificarse, contó que vive en Boston, Estados Unidos, donde trabaja de manera irregular; pero “tenía que regresar a celebrar con mi familia, a montar caballos para la carrera” y a comer el tradicional plato guatemalteco denominado fiambre que se cocina cada Día de Difuntos.

La tradición del “Juego de Gallos” inicia una noche antes con fiestas caseras ambientadas con música de marimba y muchos jinetes cabalgan bajo los efectos del alcohol consumidos en la celebración previa, pero pese a ello en rara ocasión hay heridos en la carrera.

El evento empieza a las 7 de la mañana y se extiende hasta las 6 de la noche, con un descanso de una hora al mediodía y con los jinetes fatigados y extenuados al finalizar la jornada.

Este año, sin embargo, la carrera no contó con apoyo municipal, debido al COVID-19, que obligó a suspender la carrera el año pasado.

Sin embargo, para este 2021 los organizadores decidieron seguir adelante con la tradición, ya que contaban con el apoyo económico de docenas de migrantes ‘mojados’ en Estados Unidos, que volvieron para el evento e intentarán retornar de manera ilegal a la nación norteamericana próximamente.