China es la principal signataria del mayor tratado de libre comercio del mundo. Rubricado en teleconferencia este domingo por 15 países de la región Asia-Pacífico, tras ocho años de negociaciones.

El acuerdo se llama Asociación Económica Integral Regional, RCEP. Se firmó virtualmente debido a la pandemia del COVID-19 y representa cerca de un tercio de la economía mundial, con un PIB combinado de unos 26,2 billones de dólares, en la región con mayor crecimiento del mundo.

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Antes de su entrada en vigor, la RCEP deberá ser ratificada por los diferentes países; que también son responsables del 28 % del comercio mundial y comparten un mercado de unos 2 mil 200 millones de personas; el 30 por ciento de la población mundial.

El acuerdo se presentó en el marco de la cumbre virtual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN. La RCEP incluye a los diez miembros del bloque, así como a China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

La ASEAN está formada por Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, que este año asumió la presidencia rotatoria del bloque.

Beneficio estratégico para China, y sin EE.UU.

Algunos expertos creen que la RCEP beneficia estratégicamente la posición de Pekín en la región respecto a Estados Unidos, que inició con la presidencia de Donald Trump en 2017 una política proteccionista en el comercio internacional.

Una de las primeras decisiones de Trump, que perdió las elecciones del pasado 3 de noviembre, fue sacar a su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, TPP, que negociaba con más de una decena de países de América y Asia-Pacífico, sin incluir a China.

Los firmantes destacaron su apuesta por un entorno de inversiones y comercio “abierto, inclusivo y regulado”. El megacuerdo rebajará los aranceles y cuotas para el 65 % de los productos; aborda asuntos como la economía digital; las inversiones y la propiedad intelectual; aunque no sobre los derechos laborales y el medio ambiente.

Algunos expertos opinan que el tratado permitirá activar la economía tras la pandemia y facilitará el comercio en la región al abrir mercados entre los países.

Sin embargo, algunas organizaciones no gubernamentales han criticado la RCEP por dar prioridad a los intereses de las multinacionales y desproteger a los pequeños productores, principalmente en el sector agrícola.